La vuelta de las vacaciones se asocia a retomar nuestras rutinas. Éstas se definen como el hábito adquirido de hacer las cosas por mera práctica y sin implicar razonamiento. Partiendo de ello, parece más fácil entender porqué la vuelta de las vacaciones se puede convertir en un auténtico suplicio: puede conducirnos al aburrimiento.
El aburrimiento, normalmente, conlleva emociones negativas como la apatía, la desmotivación, el cansancio y otras emociones secundarias asociadas, como la irritabilidad, la ansiedad o la tristeza. Síntomas todos ellos comunes en el famoso síndrome postvacacional.
Párate a pensar sobre las emociones asociadas al fin de tus vacaciones. Házte consciente de ellas, percíbelas, acéptalas y entiende su significado.
Las emociones negativas actúan como señales de que algo no marcha correctamente. Representan oportunidades para el cambio, para poner en marcha nuestra creatividad y encontrar soluciones a determinados problemas.
Puedes convertir cada día en una oportunidad para realizar cosas nuevas y estimulantes. Saca provecho a tu tiempo libre a diario. Planifica actividades de ocio después de tu jornada laboral, seguramente dejarás de desear que pasen rápidamente los días esperando a que llegue el fin de semana, o el próximo periodo de vacaciones, para hacer las cosas que te gustan.
Dedica mínimo diez minutos al día a mirar hacia dentro. Cierra los ojos, céntrate en el aquí y ahora. Deja que tus pensamientos y sentimientos fluyan sin enjuiciarlos, simplemente obsérvalos. Diferentes investigaciones demuestran los beneficios psicológicos y fisiológicos de la meditación: ayuda a mejorar la capacidad atencional y de concentración, a regular las emociones, permite reducir el estrés y fortalece el sistema inmunológico.
Busca nuevas experiencias. Prueba nuevos alimentos, cambia tu ruta habitual para ir a trabajar. Si habitualmente te desplazas en trasporte público o en coche, prueba un día a ir en bici o andando. Aprende a hacer cosas nuevas sin preocuparte de tu desempeño, el objetivo es disfrutar y divertirte. Relaciónate, haz nuevos amigos. Plantéate nuevos retos profesionales y personales.
Activa tu curiosidad, investiga, lee sobre temas diversos. Plantéate alguna cuestión cada día e intenta resolverla. Observa tu entorno, visita algún museo, piensa en cómo puedes reutilizar objetos o darles un nuevo uso.
Mantén hábitos saludables. Preocúpate de que tu dieta sea equilibrada, variada y no te saltes comidas. Para tener un buen desempeño y encontrarte bien es importante respetar las horas de sueño, intenta dormir entre siete y nueve horas. Recuerda desconectarte del teléfono, televisión y ordenador por lo menos una hora antes de irte a dormir. Para recordarlo, igual que pones el despertador para levantarte, puedes ponerlo para irte a dormir. Mantén la habitación a oscuras, evitando ruidos, todo ello te ayudará a conciliar el sueño con más facilidad. Realiza actividad física, con treinta minutos de paseo cada día por un parque o por espacios naturales es suficiente, no olvides los beneficios de ello comentados en la anterior entrada.
Recuerda que eres dueño de tu tiempo, invierte en él a diario y aprende a disfrutarlo: “Uno tiene en sus manos el color de su día…Rutina o Estallido” (Mario Benedetti).